Luanda – Angustia, dolor y luto son palabras que, más apropriadamente, resumen la trayectoria de la Humanidad a lo largo del año 2020, caracterizado por una pandemia silenciosa y letal, la Covid-19, que dejó el Mundo en "alvorozo" y casi paralizó las economías mundiales, en general, y la angoleña, en particular.
Los últimos nueve meses (Abril a Diciembre) del año prestes a terminar fueron de triste memoria para los angoleños, confrontados con una dura crisis social y económica, por causa del vírus mortífero, que, a pesar de los esfuerzos, no para de se agigantar.
Se trata, pues, de un año atípico y apretado para los más de 30 millones de habitantes en Angola, que vivieron días de auténticas inseguridades, sin márgenes para errores.
La pandemia impactó fuertemente en la actividad socioeconómica y cultural de los angoleños, llevando a la quiebra de casi toda la cadena de producción, con reflejos graves en el mercado de empleo y, consecuentemente, en el rendimiento de las familias.
Los números hablan por sí y no dejan dudas de que el país retrocedió, ante la peligrosidad de la Covid-19, al tiempo que la economía registra una des.aceleración de 8,8 por ciento en el segundo trimestre del año, comparativamente a los datos del mismo período de 2019.