Luanda - La Vicepresidenta de la República, Esperanza da Costa, reafirmó este jueves el compromiso de las autoridades angoleñas en el combate al cambio climático, ya que constituye uno de los mayores desafíos que enfrenta la humanidad.
Esperança da Costa habló en la ceremonia de apertura de la Conferencia Regional de la Organización Panafricana de Mujeres (OPM), que se realiza bajo el lema "La resiliencia de las mujeres africanas: el aporte del sector agrícola a la adaptación al cambio climático".
En la ocasión, la Vicepresidenta de la República subrayó que Angola prioriza las cuestiones ambientales nacionales e internacionales, debido a los daños que ese fenómeno ha causado, así como el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 y el Acuerdo de París sobre el Clima.
La dirigente destacó que el país contribuye a los esfuerzos globales, por lo que aprobó la Estrategia Nacional del Cambio Climático, que establece una visión 2021-2035.
La Estrategia promueve la adaptación y la resiliencia en todo el territorio nacional, resultando en programas para mitigar la sequía y otros eventos extremos que han devastado el sur del país.
Según Esperança da Costa, como parte de la estrategia de lucha contra la sequía en el sur de Angola, el Gobierno construyó el Canal Cafu para encaminar las aguas del río Cunene a la región de Chanas de la misma provincia.
El proyecto pretende crear condiciones para el desarrollo de la agricultura y la ganadería, beneficiando así a más de 230.000 habitantes.
La Vicepresidenta añadió también que Angola tiene objetivos y metas específicas en materia climática y de desarrollo sostenible.
Agregó que el país definió el aporte para la reducción de carbono en la producción de electricidad hasta 2025 y delineó acciones complementarias para el manejo sustentable de los bosques, el transporte y la agricultura.
Esperança da Costa afirmó que en África, las mujeres y los jóvenes constituyen la mayoría de los principales productores de alimentos, alrededor del 70 por ciento de la fuerza laboral y el potencial productivo.
Consideró que estas elementos de la sociedad no participan en actividades de alto valor como procesamiento, agroindustria, comercialización y exportación.
Defendió la necesidad de ampliar cada vez más la resiliencia de las mujeres africanas, en un momento en el que siguen siendo las más afectadas por el impacto del cambio climático, que a menudo causa de grandes y forzados desplazamientos de población y de la pobreza.