Londres - El Reino Unido anunció hoy, viernes, un paquete de apoyo a los países afectados por el aumento de los precios de los alimentos y la escasez de fertilizantes e indicó que dará prioridad al uso de cereales para la alimentación en lugar de biocombustibles.
La mayor parte de los 372 millones de libras (434 millones de euros) movilizados se distribuirá a varios programas de las Naciones Unidas (ONU), a saber, el Programa Mundial de Alimentos (PAM), el Fondo Central de Respuesta a Emergencias (CERF) y la Internacional para el Desarrollo Agrícola ( FIDA).
Mientras tanto, 17,7 millones de libras esterlinas (20 millones de euros) financiarán el Centro de Expertos en Crecimiento Verde del Ministerio de Relaciones Exteriores para mejorar el uso eficiente de fertilizantes y aumentar la producción de alimentos en países como Ruanda, Kenia y Ghana.
Finalmente, dos millones de libras (2,3 millones de euros) se destinarán al Nutrition Match Fund, lanzado en noviembre para luchar contra el desperdicio de alimentos, y que ya ha apoyado a países como Nigeria y Mozambique.
El paquete está destinado a ayudar a los países afectados por el aumento de los precios de los alimentos debido a la guerra en Ucrania, que según las organizaciones internacionales aumentará el hambre y la pobreza, particularmente en el África Subsahariana.
Según el Gobierno británico, Ucrania produce casi la mitad de las semillas de girasol del mundo, el 10% del trigo y hasta el 20% de la cebada y la canola.
Muchos países africanos también importan cantidades significativas de fertilizantes, trigo y aceites vegetales de Ucrania, Rusia y Bielorrusia.
El Banco Africano de Desarrollo estima que el acceso reducido a fertilizantes podría llevar a África a perder el 20% de la producción de alimentos en las próximas dos cosechas.
El primer ministro británico, Boris Johnson, ha responsabilizado al presidente ruso, Vladimir Putin, de la guerra y del bloqueo de los puertos ucranianos, que impide la exportación de cereales, provocando que "las personas más pobres del mundo estén cada vez más cerca del hambre".
Sin embargo, en un intento por bajar los precios de los granos, Johnson ha expresado su voluntad de reducir los objetivos de producción y uso de combustibles del Reino Unido, permitiendo que los granos gastados, como el trigo y el maíz, se usen como alimentos.
Según el jefe del Gobierno británico, "la subida del precio del pan podría significar la diferencia entre que un niño viva o muera", por lo que, dijo, "desde la ayuda alimentaria de emergencia hasta la revisión de nuestro propio uso de biocombustibles, el Reino Unido está haga su parte para enfrentar esta desastrosa crisis global".