Canberra - Doce personas murieron durante una tormenta que azotó el estado de Queensland (Australia) en las últimas 24 horas, en lo que ya es el peor desastre en la región desde las inundaciones de 2011.
"Esto es terrible. Esto es terrible. Una vida perdida es demasiada", dijo el viceprimer ministro de Nueva Gales del Sur, Paul Toole, después de confirmar la tercera muerte en la ciudad de Lismore, afectada por las inundaciones.
"Hoy, el foco está en Sydney. Se pronostican fuertes lluvias para la tarde, la noche y mañana", advirtió Toole en una conferencia de prensa.
Las inundaciones arrastraron automóviles y obligaron a decenas de miles de personas a abandonar sus hogares, muchas de las cuales quedaron completamente sumergidas.
La presa principal de Sydney, situada al suroeste de la ciudad, alcanzó su capacidad máxima y comenzó a derramar agua en la madrugada del miércoles.
La alerta es para que los vecinos cumplan con las instrucciones de salir de sus casas.
“No queremos volver a ver estas imágenes con personas paradas encima de los techos de la casa, teniendo que ser rescatadas”, agregó el ministro.
Esta noche, en la ciudad costera de Ballina, unos 55 pacientes del hospital tuvieron que ser evacuados durante la noche, horas antes de que la marea alta combinada con las lluvias inundaran las orillas del río Richmond.
Los funcionarios de salud anunciaron que se había establecido un "centro de emergencia improvisado" en una universidad para casos urgentes.
Desde Grafton, donde la mayoría de los edificios quedaron sumergidos hasta el techo, llegan imágenes de un aeródromo que ahora también está bajo el agua.
La tormenta comenzó ayer a moverse hacia el sur desde el estado de Queensland, hacia el estado de Nueva Gales del Sur, en lo que ya es la peor catástrofe en la región desde las inundaciones de 2011.