Luanda - El boxeo angoleño, que en el pasado reciente conquistó varios títulos africanos y mundiales, dando al país visibilidad exterior en lo que se refiere al deporte, en particular, atraviesa desde hace dos años un período de crisis administrativa, que ha puesto al deporte en un estado de letargo.
Por Ventura Bengo
Esta situación resulta del proceso electoral, considerado irregular, que culminó con la reelección de Carlos Luís, como presidente de direción de la Federación Angoleña de Boxeo (FABOXE), para el cuatrienio 2020/24, pretensión no reconocida por el Ministerio de la Juventud y el Deporte (MINJUD).
Después de cumplir dos mandatos consecutivos, el líder fue reelegido el 7 de Diciembre de 2020, en una sola lista (A), luego de que la Comisión Electoral impidiera la candidatura de Simão Muanda (lista B), ex tres veces campeón africano de la Región Austral.
En ese momento, se argumentó que Simão Muanda no podía postularse para la presidencia de la federación, porque su lista supuestamente incluía dos elementos con deuda en FABOXE, además de deficiencias en la suscripción de la candidatura y falta de ética por parte del mandatario.
Según el MINJUD, la alegación del listado (A) de la existencia de deudores en el grupo competidor no fue acogida por falta de pruebas.
El órgano rector del deporte nacional también considera la rendición de cuentas en la Asamblea General, un imperativo estatutario que no fue cumplido por los asociados.
En un documento, con fecha de Julio de 2021, advirtió que no otorgó facultades administrativas y financieras a la dirección de Carlos Luís, por lo que calificó de vicios por parte de la Comisión Electoral, y señaló la exclusión del concursante como infracción de la Ley nº 6/14, de 23 de Mayo.
La Comisión Electoral estuvo presidida por Fausto Rufino, con Ana Catarina Alberto como secretaria y Paulo Jorge de Morais como escrutador.
Esta situación de reconocimiento no oficial de la elección ha impedido cualquier trámite administrativo o deportivo por parte de la federación en los últimos dos años, llevando al deporte a un estancamiento nunca visto en su historia.
Disputar campeonatos provinciales y nacionales, así como cursos de formación de árbitros y entrenadores, son algunas de las acciones inviabilizadas por la inactividad que impera en ese órgano.
En el capítulo internacional, FABOXE deberá organizar este año el Campeonato Africano de la Zona IV, en la provincia de Uije, con la participación de 14 países.
Ante la ilegalidad de la escuadra federativa, los integrantes tomaron la iniciativa de crear un Comité Gestor, encabezado por el ex boxeador António Mayamputo, con el objetivo de organizar una nueva elección.
Sin embargo, el grupo se enfrenta a la negativa de Carlos Luís de entregar las llaves de la sede de FABOXE, ubicada en el Complejo Ciudad Deportiva, en Luanda, para que la comisión cumpla con los supuestos inherentes.
Otro punto de discordia se debe a la reciente creación de la Asociación de Boxeo Profesional, un organismo autónomo, tal y como prevé la Ley del Deporte, pero del que FABOXE dice ser responsable.
El boxeo angoleño mueve a más de cinco mil practicantes en las 18 provincias del país.
El deporte acumula logros en el continente africano, además de conquistar varias medallas y títulos mundiales.
El boxeador Tony Kicaga se encuentra entre los máximos exponentes. Defendió el título mundial del Universal Boxing Council (UBC) en 12 ocasiones, en la categoría de 82 kg (peso semipesado).
Su currículum también incluye cinturones mundiales, en las categorías de la Asociación Mundial de Boxeo Transcontinental (TWBA).
Después de los trofeos de campeón de boxeo en Angola, en 1989, y en Portugal, en 1993-1994 y 1995, Kicanga también fue subcampeón del mundo hispano, en 1996.
El boxeador ganó la medalla de bronce en los Juegos Panafricanos de 1995 en Zimbabue, otra medalla de oro en Johannesburgo en 1998 y fue elegido atleta del año en Angola en 2002.
El boxeo fue la modalidad pionera en la participación en los Juegos Olímpicos. Estuvo representada en el debut de Angola en la edición de 1980, en Moscú, en la antigua Unión Soviética.
